Sería bueno que Patarroyo cumpliera su amenaza, al final de este artículo, de trastear su laboratorio a Ecuador. El flujo de fondos que ese señor recibe de Colciencias es desproporcionado. Seguro que ese dinero podría ser mucho mejor invertido.
Y una vez más Llinás está en Colombia hablando mierda. A ver con qué sale esta vez.
Sí, quién sabe con qué saldrá Llinás esta vez. La vez pasada daba vergüenza ajena oírlo.
Pero por otro lado fíjese que lo que dice sobre educación es en parte sensato (sobre todo para este país leguleyo donde muchos creen que “reformar” es sobre-reglamentar todo). Aunque todo es medio obvio (simplificar, deducir, “inducción”, etc.) no lo es para mucha gente que aún recibe formación escolar super-autoritaria y sale al mundo con miedo de confrontar mediante el pensamiento las cosas (confrontan, sí, pero con rabia – y cuando los confronta usted con ideas concluyen que usted es super agresivo – de hecho crecieron en medios donde nadie cuestiona sin llegar a agredir personalmente).
Aunque todo lo que dice Llinás sobre educación en ese trozo del Espectador es requetecontraobvio, parece no serlo para mucha gente todavía. En ese sentido puede estar jugando un papel (medio ridículo para uno, sí, pero no creo que completamente en el aire). De pronto a él le ponen más atención cuando dice esas cosas obvias, que a otros.
Tiene razón, de pronto todavía hay que decir esas cosas, pero de todos modos creo que los consejos de Llinás no sirven de nada sin una reforma más de fondo de la forma como el sistema educativo se articula. En ese sentido son casi cosméticos. Ese tipo de afirmaciones se reiteran cada tanto desde todos los frentes pero en la práctica no cambian nada.